Hemos crecido juntas, dimos los primeros pasos juntas, nuestras primeras palabras juntas, aprendimos a levantarnos cuando caíamos juntas, y todo, absolutamente todo lo hemos hecho juntas y siempre seguiremos haciéndolo. Todos y cada uno de los momentos que hemos vivido no se me olvidarán nunca, los veranos en casa de la abuela o con toda familia, los baños en el fregadero o los mangerazos en bragas, las risas cuando la abuela no sabía sumar y la enseñábamos, los juegos en la plaza de albero, las chuches del kiosko de coca que hacían que nos doliera la barriga de tanto comer, nuestras travesuras, como cuando pusimos un huevo en el ventilador y se macho todo el techo, los paseos por coca en los que la abuela nos presentaba como: "la del Ramón es la traviesa y la del Santi la buena", los llantos cuando no nos dejaban ver doraemon, las carreras para que la abuela no nos diera en el culo con la zapatilla, las peleas por quién dormía en la cama y quién en el colchón, las fotos que tanto odiábamos, las siestas con patadas y ostias incluidas, los macarrones que acababan más en la cara que dentro, los chorizos que hacíamos, son tantos momentos... Y es que llevamos juntas toda la vida, pero no como todas las primas, nosotras somos como mejores amigas, como hermanas, así llevamos desde que íbamos en pañales por la casa, ¿y sabes que? Que no te cambio por nada ni por nadie.
Puede que ahora que somos más mayores, nos veamos tantos como antes cuando nos llevábamos todo el día juntas, pero no ha cambiado nada entre nosotras, seguimos siendo las mismas siempre, y sí, aun que hayamos crecido, nadie nos quita nuestros veranos juntas, nuestros mangerazos, nuestras charlas, nuestros consejos, nuestros secretos y todos nuestros recuerdos, porque esto que tenemos desde hace mucho tiempo no nos lo va a quitar nadie, ¿entiendes? Nadie, porque siempre hemos estado juntas y eso nunca va a cambiar.
La familia nunca te abandona, o por lo menos, eso es lo que dicen.
Te quiero muchísimo prima.