Todo ha cambiado, y yo lo quiero todo igual que antes.

Estoy harta de los lunes, de las máscaras, de la rutina, de los limites, de las bipolaridades, de callarme las cosas, de ser una ingenua, de ser olvidada, de ser invisible, de los horarios, de los silencios, y de mi. Me gustaba más la vida cuando solo los monstruos salían de debajo de la cama, cuando el hombre del saco me iba a llevar por las noches si no me dormía pronto y cuando pensaba que la magia existía.