Justo cuando la oruga pensó que el mundo había llegado a su fin, se convirtió en mariposa.
No me importas, me importo yo.
No me importa lo que pienses de mí. Si te caigo, bien o mal, si me quieres, o me odias, si te parezco guapa, o fea... No me importas tú. Con importarle a una persona, me basta, pues esa persona soy yo, y me importo.